Al percibir rasgos de consecuencias adversas a tu adversario o enemigo no se eleve sobre ti regodeo por el mal propiciado o no por sus acciones.
Esa Actitud turgente de tú parte puede ocasionar que sobre ti acaezca en tu persona vicisitudes de desaprobación en tal actitud.
Así como la venganza amerita dinero y dedicación en tiempo y esfuerzo, mejor es esperar en la providencia Divina que otorga en tiempo y forma idóneo el merecido correspondiente; esta es la mejor forma de no causar mayor daño que el recibido.
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