En la elección de consecuencias nefastas solemos tomar por la menos dañina a nuestro ser obviando la repercusión a nuestro prójimo. Para tomar carácter de justo deberemos practicar justicia aun en daño propio observando no dañar a terceros.
Como no es así no endilguemos promesas de justo a los injustos y no tratemos a Dios como un negocio; me acerco a ti pero que medas. Con esta actitud imperante mendaz no obtendremos algo.
Es acercarse a Dios por lo que el desee dar portando su carácter, permanentemente justo.
https://crushev.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario