Con la bendición de los justos la ciudad prosperará, pero la boca de los impíos la arruina. Quien desprecia al prójimo no tiene juicio pero el prudente calla.
El que anda chismeando descubre el secreto, pero el hombre de fiar(confianza) se guarda el asunto.
El que sale fiador del extraño se perjudica, pero el que aborrece las fianzas vivirá tranquilo.
El anhelo de los justos es solo el bien, pero la expectativa de los impíos es la irá.
Hay quienes reparte y más seles añade y hay quienes retienen más de lo justo y terminan en la indigencia. El que busca el bien busca el buen favor, pero el que busca el mal este le sobrevendrá.
El necio se tornará esclavo del sabio de corazón. El fruto del justo es árbol de vida.
Procuremos erradicar la necedad de nuestro ser y ser sabios por la muchedumbre de razones de vida pletórica con justeza practicada.
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