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El amar al prójimo no es decirle cosas aduladoras, sino ser ejemplo de conducta potable para portar vida pletórica y brindar soluciones de lo marrado de querer enmendar.
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Amor al prójimo es no realizar lo que porta beneficio propio, pero daña a otros.
Recuérdese, que el que a hierro mata a hierro muere. Con la misma vara que midas serás medido.
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Pero lo que debe movilizar a realizar el bien es que se obtiene vida pletórica.
El portar buena o mala calidad de vida siempre está en tomar a Cristo Jesús, como norma de conducta.
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