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Así, consideremos todo hombre(para el nuevo pacto hombre es el que tiene a Cristo Jesús por señor) como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios sea fiel. Siendo maldecidos bendecimos; siendo perseguidos, soportamos; siendo difamados, consolamos.
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Porque el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder que seguirá a los que creen al evangelio en Cristo Jesús.
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