martes, 15 de junio de 2010

Fantasías sexuales en mi cuarto, que tiene?


¿Me hace daño mantener fantasías sexuales siendo soltero?
Publicado en 25. Mar, 2010 por Libres en Cristo en Preguntas Dificiles

Una vez más aparece la idea de ir a alquilar una película sobre sexo explícito. Aunque Scott está en la secundaria, el empleado del negocio nunca le preguntó nada. Scott no ha decidido abandonar en repetidas veces para vencer el impulso pero a medida que se acercaba al local en su interior se generaba un conflicto. Sabía que sus acciones desagradarían a Dios, sabía que después se sentiría avergonzado, sabía que se sentiría abochornado si sus padres llegaban a casa inesperadamente y lo encontraban dando rienda suelta a su fantasía. Pero algo más fuerte que él lo impulsa a ir a dicho negocio, como un adicto a la heroína. Al salir, ya estaba enganchado. Pero esa tarde, después de haber visto la película, volvió a sentirse avergonzado y culpable.
“Señor ¿Qué voy a hacer?” –exclamó. No le había confiado a nadie sus luchas internas y sus continuos fracasos en esa área. Se sentía débil y solo. Hasta Dios parecía estar distante e inalcanzable.
Scott entonces hizo lo que siempre hacía: escondió sus sentimientos y su culpabilidad muy dentro de sí siguió con la farsa del chico inocente, puro y feliz. Por un tiempo su desesperación se calmaba y él se tranquilizaba hasta que el antiguo apremio regresaba y lo inducia nuevamente.
Tal vez en tu caso no sea ir alquilar una película, pero si has llegado al punto que puedas estar en la sala de tu casa, en tu cuarto, o aun en tu trabajo y están fantaseando con algo que no es real, sino que lo fábricas en tu mente, es como que estuvieras cocinando un pecado dentro de ti.
Muchos ven la fantasía sexual como una inofensiva autosatisfacción. Pero Dios quiere que nos abstengamos de ella por-por lo menos-por tres diferentes razones.
La inmoralidad sexual de la mente acarrea el mismo peso que la inmoralidad sexual de la carne.
“Oíste que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en el corazón.”
Puede que seas capaz de evitar la vergüenza personal, el escándalo público o las posibles enfermedades de una relación de pareja. Pero ante los ojos de Dios, una relación en la mente es igual que una en la realidad. Es una violación a la pureza moral.
Segundo, La inmoralidad sexual mental puede inducir a un acto sexual inmoral:
“Cada uno es tentado cuando se deja arrastrar y seducir con sus propios malos deseos. Después, cuando el deseo ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado ha llegado a su madurez, da a luz la muerte.”
En una oportunidad leía sobre este pasaje y muchas veces Dios nos está advirtiendo que nuestro pensamiento es malo, pero cuando no obedecemos y continuamos con esos malos deseos,estamos decidiendo entregarnos un espíritu engañoso y a veces podemos ver que no es tan malo, sin darnos cuenta que nuestra pureza se va perdiendo cada día más. La semilla que se siembra y se nutre en el corazón, a su tiempo germinará en su hecho.
Tercero, la fantasía sexual despersonaliza al sexo y degrada a la persona. Para la persona que tiene fantasías sexuales, solo busca la manera de gratificarse a sí mismo. Viendo a las personas del sexo opuesto solo como objetos de satisfacción personal, y no a amar a los demás como a nosotros mismos y tratarlos de la manera que nos gustaría que nos trataran.
Recuerda que Dios ha establecido límites para darte la mejor vida sexual que sea posible dentro del matrimonio. Recuerda ¡El te ama!
Si estas luchando con fantasía en tu mente, hoy es tiempo para que busques ayuda, si es posible que tus pensamientos sean limpiados, busca hoy la ayuda y no tardes más.

¿CÓMO RECUPERAR LA PUREZA EN UN NOVIAZGO EN EL QUE YA ESTAMOS TENIENDO RELACIONES SEXUALES?

Siempre nos prometíamos que nunca más lo íbamos a hacer, que estábamos “dispuestos”, que íbamos a cambiar. Esto duraba solo unos 6 meses, al rato estábamos de vuelta teniendo relaciones sexuales, de vuelta al mismo ciclo vicioso.

Tuve que tomar una decisión, fue muy difícil, pero nada se compara a lo que Dios ahora ha traído a mi vida. Ahora puedo tomar decisiones a largo plazo, puedo ver a mi futura pareja con ojos que agradan a Dios y sobre todo con una decisión de guardar su corazón y cuerpo, como ofrenda de justicia para gloria del Creador.

Mi decisión de dejar una relación pasada en fornicación, ha traído frutos de bendición para mi vida. Vivo en paz, en gozo, con esperanza de recuperar el regalo más apreciado que Dios nos puede dar y es el compartir un matrimonio puro. Ha sido un proceso largo y Dios continúa trabajando en mi persona, pero he aprendido lo que el amor significa: decisión de dar.

Ahora sí puedo decirte que conozco el amor verdadero y genuino. Aquel que busca la santidad y pureza desde el inicio. Las tentaciones están, pero mi espíritu ahora primero busca a Dios e inmediatamente mata los deseos de la carne. Puedo amar a una mujer diferente, puedo respetarla y guardar su corazón para el matrimonio.

Una decisión puede cambiar tu vida para bien o para mal. Tú decides.

Seamos realistas, sé que cuando hay emociones involucradas, amigos y lugares en común, e incluso un futuro con planes de boda, esta separación es más dura y puede ser temporal, pero de una o de otra manera, muy necesaria.

No existen pasos específicos para terminar una relación, ya que las situaciones y personalidades son muy diferentes, pero algo claro podemos saber, que debemos tomar una decisión. Una de las mejores preguntas que nos podemos hacer es la siguiente:

¿Cuál es mi verdadera motivación para estar con ella o con él?


Si estas con ella por placer, tu relación después de cometer fornicación se convierte pasional. Debes amputar dicha relación.
Si tu intención es casarte con ella y ambos estás comprometidos, entonces la separación debe ser por un tiempo prudencial hasta que ambos corazones estén restaurados, con el fin de entrar a un matrimonio en pureza y santidad. Claro está, esto conlleva todo un proceso de restauración.
En la mayoría de ocasiones, una relación de noviazgo en fornicación oculta sus actos, mantiene el acto en SECRETO y poco a poco se va convirtiendo en un hongo que pudre nuestra alma, sentimientos y hasta nuestro cuerpo.

Te explico ahora mis razones para separarse en un noviazgo que vive en fornicación.

Primero, porque debes romper el ciclo y rutina del pecado.

Con certeza, puedo afirmar que si tienes relaciones sexuales frecuentemente con tu novia, es porque ya conocen los momentos en los que pueden hacerlo, la rutina para quedarse a solas, como callar la culpa, etc. En algún punto deben romper con este ciclo de pecado, y la única forma de hacerlo es de manera radical, de tajo, con una separación absoluta, geográfica, y emocional.

Segundo, porque la disponibilidad del cuerpo de tu novio o novia es ocasión constante para caer.

Es muy difícil limpiar tu mente si pensar en el cuerpo de él o ella te tienta, y mucho más si sigue estando a tan poca distancia para que des rienda suelta a tus deseos, y si ya tienes una costumbre “automática” de ver en forma lujuriosa o si hace mucho tiempo no respetas la forma en la que conduces tus manos. Una separación te permitirá identificar tus errores en este sentido, y decidir acerca de formas más puras en las que debes manejar tus ojos y manos en tu noviazgo.

Tercero, porque debes reflexionar en la naturaleza de tu noviazgo, para terminarlo o reencauzarlo.

La separación te ayudará a meditar tu relación y ver realmente si está basada en solo pasión y sexo, o realmente existe un compromiso de pureza y amor genuino, y un deseo interesado en hacer a la otra persona feliz.

En una relación sexual fuera del matrimonio, buscamos con sentimientos egoístas satisfacer los deseos propios de nuestra carne. Nunca pensamos en la otra persona, en lo que le va a afectar o las consecuencias futuras. Cuando estamos en fornicación, le robamos a la otra persona lo que era para alguien más. Le quitamos el regalo que Dios tenía guardado para el verdadero esposo o la esposa, y lo obtenemos por un momento de placer.

Una separación puede darte la oportunidad de decidir maduramente si es una relación que no puedes continuar más, pues tal vez no amas a la otra persona, sino solo deseas satisfacer tu carne, o si bien, debes reencauzar en pureza esa relación, establecer nuevas y mejores metas, vivirlo en forma honesta, y matar tu egoísmo.

Cuarto, porque debes romper con las ataduras emocionales y espirituales que trajo el pecado.


La intimidad sexual está hecha para crear lazos increíblemente fuertes entre un hombre y una mujer, de tal manera que se convierten en una sola carne, literalmente. Si ya has caído en fornicación, estás viviendo con esos lazos indivisibles que estaban reservados para después de tu boda –y por eso es tan difícil ahora abandonar el sexo con tu novio o novia.


Debes tomarte el momento para confesar este pecado ante Dios, y romper con tus palabras, estos lazos emocionales y espirituales que has creado, con tu novia o novio, y con todas las parejas sexuales con quienes hayas estado, en el nombre de Jesús.

A continuación, algunos pasos que puedo recomendarte según la experiencia que me tocó pasar para terminar la relación:

Medita cuál es lo que más valoras en tu vida: Tú pureza o el pecado sexual.
Pueden haber consecuencias pero es algo que deberías haber pensado antes.

Deberás hablarle a tu pareja de manera madura y terminar la relación.
Ambos pidan ayuda para sanar las heridas ocasionadas por la relación sexual.
Busquen mantenerse en transparencia en su trato.
Ora para pedirle a Dios que te muestre Su voluntad con respecto al futuro de la relación.
Aprende a vivir en soltería al menos durante 6 meses buscando la libertad de tu esclavitud sexual y restauración de corazón y alma. La libertad propia les permitirá luego construir la libertad de ambos como pareja.
Si estás ahora viviendo en un noviazgo asì.

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