
Los azotes, del estilo de vida que manifestamos en esta plano, aparte de ser fruto de nuestras decisiones, con el propósito de que recibamos corrección, y mejoremos nuestro vivir ante a aquel que puede juzgar a vivos y muertos.
Y no para lamentarse ò menos preciar, los principios morales que nos procurarán vida abundante, pacífica y longeva.
La justicia, verdad, bondad e integridad. Estos que pocos practican y misma razón de tantos males, violencias, hecatombes. Lo que no falta es nuestro ruego quejumbroso, al estar en medio del azote, al transcurrir esta en vez de tomar consejo de el, continuamos con lo erróneo no corrigiendo nada.
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