martes, 3 de septiembre de 2013
Por
Por las mentiras que construimos, para justificar nuestros procederes basados en la avaricia, egoísmo y mezquindad es que torcemos nuestra conducta tomando como recto, lo que en verdad es gusto personal.
Este proceder mayoritario nos sumerge en la zozobra y decadencia que hoy experimentamos, en falta de seguridad en todo ámbito, donde no queremos rectificar nuestras acciones diarias enfocadas hacia la honestidad, justicia y verdad ya sea por intereses, conveniencias temporales que no se compara con la vida abundante recibida por la rectitud de nuestras acciones.
Es verdad que en medio de tanto proceder corrupto es difícil marcar la diferencia, pero de dar evidencias en todo lugar de proceder en rectitud y honestidad, marcaremos tendencia para que los demás cuenten con el estilo de vida correcto obteniendo, más de lo que la injusticia provee.
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