El dejar
crecer la injusticia, mentira e infamia como estilo de vida de nuestros actos
es ingrediente principal para obtener todo acto violento, inseguro e injusto
que hoy padecemos por obviar la honestidad y justicia, hasta el grado de
considerar estás cualidades como deleznables por excluir de todo grupo social.
Todo grupo
actual está enfocado en las riquezas materiales, aunque digan otra cosa pues la
avaricia, egoísmo y afán de pacer ha llegado a trastocar y corromper todo
indicio de rectitud.
Se
encuentra menor resistencia en amoldar nuestros hábitos a la injusticia más el
pago final de ello es decadencia, angustias y falta de paz, en cambio la
rectitud y honestidad ofrece larga vida en paz, abundancia y plena satisfacción
de accionar dentro del ámbito para el cual vinimos a la vida en este tiempo a
marcar la diferencia,
No todos aceptarán
pero ese será nuestra elección.
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