lunes, 9 de junio de 2014

El quedarse inerte tolerante ante una vileza o delito trae la misma culpabilidad del que la ejecuta, como del que recrea su vista con tal acción.  Lamentable es que no estamos dispuestos a querer discernir lo correcto y lo incorrecto, pues hemos crecido viendo tanta vileza que desde el hablar hasta el culmino que es el actuar  encontramos vileza, injusticia, vulgaridad.

Esta no es la mejor manera de hacernos de confianza y buen nombre dentro de los que buscan portador de carácter fiable para  grandes acciones, podrá brindarnos aceptación dentro del grupo social al que pertenecemos pero nos desacredita hacia mejores oportunidades.

Edifiquemos un desempeño diferente a la bajeza, vulgaridad y mediocridad de la mayoría que indudable mente prosperaremos en todo sentido, puede parecer no fácil pues hay que luchar contra el conformismo mediocre.




















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