El quedarse
inerte tolerante ante una vileza o delito trae la misma culpabilidad del que la
ejecuta, como del que recrea su vista con tal acción. Lamentable es que no estamos dispuestos a
querer discernir lo correcto y lo incorrecto, pues hemos crecido viendo tanta
vileza que desde el hablar hasta el culmino que es el actuar encontramos vileza, injusticia, vulgaridad.
Esta no es
la mejor manera de hacernos de confianza y buen nombre dentro de los que buscan
portador de carácter fiable para grandes acciones, podrá brindarnos aceptación dentro del grupo social al que pertenecemos pero nos desacredita
hacia mejores oportunidades.
Edifiquemos
un desempeño diferente a la bajeza, vulgaridad y mediocridad de la mayoría que
indudable mente prosperaremos en todo sentido, puede parecer no fácil pues hay
que luchar contra el conformismo mediocre.
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