Al transitar
por algo adverso tomamos postura de extraer de otros lo que estamos requiriendo,
y siempre con injusticia, perversión y malicia; nunca consideramos que estas
acciones ofrecidas a los demás, son las mismas que tapizarán nuestro desempeño
diario aquí y ahora.
Entonces no
pidamos que los demás tengan hacia nosotros, lo que en circunstancias normales
no realizamos, que sea justicia honestidad y bondad.
Cuando en
todo momento actuamos con honestidad, bondad y en justicia antes de pedir lo
requerido, llega a nuestro poder sin el empleo de artificios de maldad.
El elegir
nuestro disfrute de la vida y prolongación de la misma, siempre estará supeditado
a nuestro empleo de rectitud, bondad hacia los que nos rodean y no a la
cantidad de bienes adquiridos.
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