viernes, 19 de septiembre de 2014

Podemos elegir  acciones desprovistas de rectitud como hoy vemos por doquier, dar prioridad a nuestras apetencias y deseos; vivir como si no hubiera mañana pero sepamos que eso producirá, falta de calidad de vida por las consecuencias desatadas  de nuestro proceder, así que nuestro juicio está implícito con la calidad de vida famélica obtenida.

Con la rectitud nos desgastamos, más no igual dado que el producto de honestidad, Justicia y bondad es obtenida la vida abundante de lo Espiritual y material si lo requerimos donde la seguridad, paz y aprobación del que nos estableció en tiempo y lugar para que eligiéramos vida o muerte. 

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