martes, 16 de septiembre de 2014

Sometemos nuestra vida a toda clase de injusticia, perversidad e injusticia con el propósito de obtener riquezas, ignorando que al aumentar los bienes aumentarán los pendientes, requerimientos y necesidades.

Tal como llegamos al mundo, de la misma manera tendremos que dejarlo sin llevar nada en las manos.

Lo único que podremos disfrutar es comer y beber disfrutando del buen fruto de nuestras acciones que provocamos con la práctica diaria de honestidad, justicia y rectitud.

El obstinarse con la injusticia y deshonestidad sumergirán nuestra existencia a decadencia en calidad de vida.

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