viernes, 24 de octubre de 2014

Dejar de practicar justicia, honestidad y rectitud nos hace rebelión contra los lineamientos de vida prospera y abundante en todo ámbito que incluye el Espiritual.

A fecha la decadencia moral nos está evidenciando que nadie es prospero, por actuar en rebelión a Dios, convirtiéndose en enemigo del que nos creó.

Prosperidad no es sólo la soltura económica del poder adquisitivo, incluye nuestra obediencia al proceder honesto y Justo.


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