jueves, 4 de diciembre de 2014

Con lo que nos complacemos y recreamos nuestra persona, de esas acciones  manifestamos diariamente; la violencia, envidia y egoísmo prolifera aunado con la depravación e insensatez y esto lo aprendemos desde casa, el medio ambiente lo reafirma si no tenemos la férrea convicción de que con la práctica de rectitud podremos avanzar, sin adversidades que la injusticia produce.

 Nadie ha comprobado que el disfrute de la vida está en la rectitud y la ha abandonado, por faltar este disfrute, si tenemos una caterva de hipócritas de religiones.


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