Al realizar un acto de honestidad, Justicia y bondad puede permear nuestra conciencia, sentir de actuar satisfactoriamente lo menos manido, o un sentir de estupidez donde la insensibilidad de la práctica de maldad y violencia ciega percepción  de lo que es bueno, dentro de Justicia para recibir lo mejor, a fin de obtener vida plena.

Gran auge tiene supeditar toda elección a lo palpable, donde no otorgamos espacio a la fe, parece que mientras no transitamos por carencias no  hace falta Dios.

Puede ser que sucesos ordinales estén entregando mensajes claros, para arreglar  nuestro comportamiento en dirección a la honestidad  o generamos acciones que no deseamos por un comportamiento nefasto;  de ambas formas la única forma de abandonar las carencias es por tornar a la Justicia, bondad y misericordia.