viernes, 22 de mayo de 2015

La inclinación de nuestro corazón es de continuo la maldad, por eso encontramos más fácil  actuar con injusticia, deshonestidades y violencia.

Un pequeño ejemplo es lo rápido que perdemos la perspectiva de la rectitud, cuando recibimos adulaciones por obsecuentes o beneficiados.

Las adulaciones hacen extraviar la fuerte o endeble convicción de practicar Justicia; deberemos ocuparnos más de practicar, ver  Justicia si deseamos decantar por este sendero menos transitado.


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