jueves, 17 de septiembre de 2015

Indudablemente deseamos la mayor benevolencia, cuando se trata de nuestra persona o seres queridos, y para el resto deseamos el mayor sufrimiento si en algo fuimos afectados, o por querer ver a los demás pasar por penurias, donde la envidia y egoísmo impulsa este proceder injusto.

No olvidemos que no deberemos desear o hacer lo que para sí no queremos, por qué recibiremos por otros  la misma acción, mejor practiquemos justicia,  bondad y honestidad para que jamás tengamos adversidad y sí seguridad y paz con vida longeva en abundancia espiritual y material.

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