viernes, 11 de diciembre de 2015

Cuando procedemos con verdadera intención de realizar nuestras tareas, buscando el bien de la persona que encomendó tal trabajo, por inercia obtenemos más de lo esperado en beneficios.

Tratamos por todo medio de realizar nuestras tareas, no contando que nuestro beneficio esté en procurar el bien del prójimo.

Cavile, ¿cómo volverán a confiarnos tareas? Si no demostramos que podemos con lo encargado,  a través de resultados satisfactorios.

La mejor carta de recomendación siempre será nuestro desempeño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario