De manera que, el que se enaltece será humillado. Podremos comprobar tal aseveración, por nuestras expectativas recibidas en situaciones donde creemos tener pleno dominio, y resulta que el talante soberbio, engreído y fastuoso, estropea todo desempeño por pequeña omisión que nuestra soberbia se permite ignorar.

Por el contrario cuando tomamos actitud noble de colaborar y compartir los conocimientos o hacer amistades fuera de conveniencias, incrementamos el bagaje pues bien, la sabiduría es fácil al sabio, humilde y veraz.