domingo, 6 de noviembre de 2016

Resulta muy intrincado, personas que dicen amar a Dios y hasta se denominan cristianas, pero no dejan de mentir, robar; practicar injusticias y violencias al prójimo; cuando un cristiano no de religiones, sino real esta incrustado en la  sociedad para ser un hito que marque la diferencia no al hablar, sino a proveer la solución; a todo extravío presente de moralidad y conducta siendo, modelo de comportamiento a imitar.

Mientras continuemos dando, auge al decadente estilo de vida presente que es egocéntrico, estridente y avaro no saldremos de la crisis, para ver la vida abundante; por más que escribamos, vociferemos obviar la negación a  Dios. La realidad es que con nuestras acciones aumentamos la brecha entre Dios y nosotros para no ser escuchados, cuando clamamos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario