miércoles, 23 de noviembre de 2016

Tener, el comportamiento sabio, para realizar acciones de edificación a nuestro semejante no es ordinario; lo manido es la elaboración de maldades en perjuicio del que sea, esto es, despliegue de argucias tendientes a lograr nuestra mejora; jamás ayudar a nadie, sino  lo percibe es bueno comprender que las penurias gravitan sobre nuestra cabeza, por la vejación a las normas de libertad esto es, las morales que sin ellas tenemos comportamiento por instinto (estos no se dominan) y no impulsos (se dominan).

Recordemos para ver días felices deberemos tener cambio de corazón, por acción Divina. Muchas de las falencias que hoy sufrimos, tienen solución no con educación o cosa parecida, sino con lo Espiritual de Dios.  

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