sábado, 3 de junio de 2017

Hemos dejado las decisiones propias por seguir a la muchedumbre; importa poco lo correcto y honesto. Sopesamos por el cúmulo de ganancias, por lo regular son deshonestas. No tenemos en cuenta al prójimo, sino en el hedonismo, raudo avanza el egoísmo.

La mayoría nunca tiene la verdad porque el corazón del hombre tiende a lo perverso; por, eso nunca te fíes de impulsos. Bajo las emociones nunca opera la mesura. Las decisiones es bueno tomarlas cuando mengue las emociones. 

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