Quien es
afrentado con injusticias, estridencias o toda clase de males por actuar con
Justeza, verdad y bondad, es preservado del mal, por el pago de su proceder
pulcro; los males son devueltos sobre la cabeza del
afrentador.
Ante las vicisitudes quedamos perplejos de actuar con justeza por el pitorreó de la mayoría; indudable mente, ignoramos que Justicia no es un arrobo de la razón, sino una convicción de ámbito Espiritual.
De integrarse nuestro ser de espíritu, alma y cuerpo las tres requieren atención, según su género.
Ante las vicisitudes quedamos perplejos de actuar con justeza por el pitorreó de la mayoría; indudable mente, ignoramos que Justicia no es un arrobo de la razón, sino una convicción de ámbito Espiritual.
De integrarse nuestro ser de espíritu, alma y cuerpo las tres requieren atención, según su género.
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