jueves, 20 de julio de 2017

Cuando la ira desborda cedemos lugar a la violencia; tener ambiente beligerante torna todo más aprensivo. Parece que la complacencia hogaño es animalizarse; tratamos a nuestros impulsos de instintos otorgando auge a la ira. Queriendo, evitar responsabilidades acudimos al ardid más caótico posible; resultando contraproducente ya que a veces postergamos con mayor carga impositiva que atender en el momento, y sin ira.

 

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