La paz
tiene estrecha relación con realizar el propósito de Dios en nuestra vida. Como
no se busca la Justicia se transitan peripecias cargadas de zozobra con
asiduidad.
La práctica
de Justicia constante hace tener paz como fractales en medio de lo azaroso de
la vorágine social. Clave es acudir a lo Espiritual en Cristo para que no sea
un suplicio la práctica de Justicia.
Es
necesario vencer el egoísmo, envidia, ambición y avaricia para adoptar el
carácter que exige lo Espiritual.
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