Ser diligente
en asimilar el desempeño Justo hace prosperar integralmente; porque la mano de
Cristo está a favor del que lo busca en Justicia practicada, pero su poder e
ira está contra todos los que le abandonan.
No se
requiere ser docto, para tener ápice de discernir lo Justo de lo injusto. Salvo
que las conveniencias influyan y se decante por abandonar la Justicia.
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