Nuestro proceder e intenciones reales detrás de cada acción, son conocidos por Cristo. El justo asienta su proceder acorde al carácter de Cristo, y todo lo realizado prosperará; pero la senda del perverso e injusto, conduce a la perdición, detrimento y zozobra.
El realizar Justicia siempre gana, pero eso no obvia el sufrimiento, que aflora a mejoría. El tener esperanza en el dador de la vida es lo que infunde nuevas fuerzas como su palabra dice.
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