Ocuparse por el menesteroso o necesitado es actitud obviada de esta sociedad egoísta.
Ignoramos que existe recompensa en brindar paliativo al dolor ajeno en el actuar, con misericordia y bondad.
Recompensa
Será librado en el día malo, y recibirá vida para ser dichoso sobre la tierra. Será sustentado en su lecho de dolor. Recuerde, hacer a los demás el bien como deseamos que nos hagan.
En cuanto de discernir a los verdaderos necesitados; Dios guiará, solo atentos a la obediencia.
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