Todo el que participa en planes malvados está destinado para el día del infortunio, así como el que dice en su rebeldía y soberbia; apártate Dios de mi proceder que es mí vida.

Antes bien, para progresar y encaminarse hacia la vida abundante es, activar lo Espiritual en Cristo, aceptar la instrucción de su boca, e internalizar sus dichos. Entonces serás redificado. Alzarás tu rostro hacia Él y te escuchará. De querer persistir en la maldad e injusticia la muerte, sin esperanza espera.