domingo, 1 de abril de 2018

Suplicio

No trabajar es desorden, por ser aliciente a entrometerse en asuntos ajenos. Impele el vientre a trabajar; pero recurrimos a las fechorías, truhanerías y toda clase de injusticias para no trabajar. La gravedad de nuestra permanencia sobre la tierra pende de las injusticias realizadas. Trabajo honesto y justo produce tranquilidad y satisfacciones, al contar con beneplácito de Dios y los hombres; cuando activamos la fe con carácter internalizado de Cristo, en certeza que es Él que otorga a cada quien su merecido. Cuando es iniciativa sin fe, la práctica de justicia será un suplicio.

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