viernes, 18 de mayo de 2018
Elite
Con Cristo internalizado en nuestro carácter, somos conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios
Identificados por: Desempeño humilde, colmado de mansedumbre.
Soportándoos con longanimidad unos a otros en amor.
Solícito por guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Despojados del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos.
Renovados en el espíritu de la mente, para que cambie de la viciada forma de vida al nuevo hombre según Dios.
Desechar la mentira (Hablar verdad con el prójimo).
Hacer lo bueno y compartir con el que padece necesidad.
Pronunciar solo palabra buena, para edificación que comunique gracia a los oyentes.
Sin amargura, enojo e ira, grito airado y maledicencia junto con toda maldad.
Evidencia bondad, compasión e indulgencia.
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