La vida plena.
Pues si vivimos, para Dios; y si morimos, para Dios. Con esta mentalidad de Dios, en el ejercicio de Justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo ante el Dios (Cristo) de los muertos y vivos; la vida es conducente a plenitud. Así pues, persigamos las cosas de la paz y mutua edificación.
Hogaño impera desarticular todo bien, y socavar todo ápice de moralidad donde, el pensamiento débil sumerge en decadencia; pero no queremos mejorar hacia la vida plena.
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