Empedernidos en la práctica de injusticias no hay quien se arrepienta de su proceder injusto. Regodeados en causar males a los demás pretendemos obtener bienes y vida pacifica, pero comprender que nuestra retribución será acorde a nuestro proceder podría ser incentivo a realizar justicia.
Lamentable es que no se apetece abandonar la decadencia del pecado.
Ofrece vida pacifica y pletórica la justicia asidua en todo momento, sin excepción de personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario