Hacer confesión de pecados es al saber que es lo que agrada a Dios y por contraparte sabremos lo que le desagrada. Apartarse de todo mal mejorará nuestra estancia sobre la tierra.
Es necesario poner manos a la obra dejando de practicar lo procedente del mal, para hacer evidente la presencia de Dios en nuestro proceder diario. No prioricemos lo emocional sobre lo racional como la pos verdad afirma.
No accionar en forma tunante mejorará nuestra calidad de vida en todo ámbito.
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