Someterse a la libertad no es restricción, sino operar con las pautas conducentes a la verdadera libertad. Todo juego contiene reglas de operación, para no circundar en el caos y libertinaje que ofusquen el propósito de las operaciones.
En el surcar de la vida es medular tomar toda pauta de rectitud, para que no se malogre la libertad en libertinaje y malicia.
Por la asiduidad de actos perverso suscitados hemos llegado a normalizar lo aberrante como parte del proceder normal, pero la verdadera libertad está en interiorizar el carácter que hace reflotar la paz, integridad y justicia a pesar de la malicia que es parte de nuestro corazón.
Cristo Jesús es la libertad único que hace posible el cambio interno; sin Él, de remozar viejas actitudes no pasaras.
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