jueves, 18 de noviembre de 2010

Integro






Ser Íntegro se deriva de un verdadero Compromiso con Dios

Un verdadero compromiso con Dios es la clave para amarrar todas las cosas en tu carácter. Para que ese compromiso con Dios sea válido y produzca fruto es necesario que impacte tres áreas en tu vida: la mente, el corazón y la voluntad. Si la Palabra de Dios no impacta alguna de éstas áreas, tu compromiso con Dios no será real o por lo menos se quedará cojo.

Es importante que la Palabra de Dios impacte nuestra mente con el conocimiento que nos da de lo que es bueno y lo que es malo. El Espíritu Santo no trabaja en cabezas vacías. Ese conocimiento usado por el Espíritu Santo debe impactar nuestras emociones contenidas en nuestro corazón para que sea algo verdadero, sin falsedad. Y por último, si no hay voluntad, no hay nada. Un hombre sin voluntad no es hombre, es un simple varón.

Muchas veces ocurre que escucho varones decir que cuando son tentados en el área sexual, es que no se pueden controlar. Un varón que no puede controlar su área sexual es como un macho(animal) que no puede controlar esa área, sin embargo un hombre verdadero tiene el poder de parte de Dios para hacerlo.

Ser Íntegro trae múltiples bendiciones

Si tu realmente quieres ser bendecido y que tu vida sea cada día más entregada a nuestro Señor, tienes que pedirle a Dios que te ayude a ser íntegro. ¿Por qué tu crees que hay tantos pastores y líderes religiosos cayendo en adulterio y fornicación? Todo porque se quedan en el área del conocimiento y las emociones, pero su voluntad se va al piso. Una mente impactada correctamente con la Palabra de Dios, ésta a su ves impacta a las emociones en el corazón, tiene las herramientas para mover la voluntad.

Ser Íntegro es imposible sin Dios

Las familias que se han mantenido sólidas dentro de nuestras iglesias, no han sido por hombres de doble vida, sino por hombres que han sabido ser verdaderos hombres. Por hombres que a pesar de sus debilidades, de haber fallado, han buscado su fuerza en Dios para ser íntegros. No se puede ser íntegro sin Dios. Es imposible. Somos pecadores y el pecado nos aleja de Dios quién es la fuente de toda integridad moral y espiritual.

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