viernes, 13 de julio de 2012

Cantidad


Por la cantidad de acciones perversas e injustas no logramos percibir, que todas estas acciones sumergen nuestro ser en una desesperanza de existencia, por eso ricos, pobres, famosos e ignorado, recurren al suicidio en alguna etapa de la vida, donde el fruto de nuestras acciones injustas recae sobre nuestra cabeza porque la paga de nuestro actuar diario desobediente a las reglas de oro es muerte.

Las reglas de oro están en nuestra conciencia, más el cúmulo de acciones injustas ha creado insensibilidad para discernir entre lo bueno a un proceder de vida correcto y malo aquello que causara en nosotros angustia, sobre saltos y muerte.

Lo confuso de hoy es que se  ridiculiza y menos precia lo justo, recto, verdadero  donde pocos eligen lo que genera vida.

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