Muchos no se animan a practicar justicia, rectitud honestidad
e integridad, por temor a las palabras
referidas a nuestra persona; que por lo regular es burla o mofa importando más
la opinión de los que nos rodean que a la calificación que nos formamos con
nuestras acciones y frutos recibidos que forjan nuestro carácter.
La cobardía impera en todo aquel que decide pervertir
(torcer) el propósito de Creación que es evidenciar un carácter justo.
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