El temor de
hacer misericordia a otros, es lo que otro humano decida hacernos sin
considerar lo que el Todo poderoso pagará a nuestra vida por decidir reflejar a
otros de la justicia, verdad y bondad.
Dado que el
que ofrece prestado sin ánimo de obtener provecho del necesitado, es el que
presta a Dios y por nuestra acción, no esperemos recibir de quien ayudamos esto
vendrá en el momento oportuno, no el deseado de donde menos esperamos.
Más el pago
a nuestro favor en benevolencia ya está estipulado por nuestra acción de
misericordia, pero en día no vemos mucho de esto, por la multitud de acciones
perversas decididas, razón de tanto sufrimiento y angustias en cada paso que
damos de nuestro caminar de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario