Por siempre
tendremos pobres, mientras consintamos
la negligencia y perversión en nuestros ámbitos de desempeño diario.
Resulta que
a fecha nos comportamos precisamente de
la manera que produce los frutos, no
deseados y menos esperados, dado que nos esforzamos para hacer el mal a través
del engaño, soborno y demás esperando, recibir bien de la vida, que tremenda
contrariedad lo malo es que ya nos hemos adaptado tanto a hacer mal que hacer
lo justo, verdadero y bondad nos resulta
raro y de tontos.
Tal vez la
misma maldad ejercida nos ciega la comprensión de que los frutos buenos de la
vida está en practicar justicia y verdad diaria mente.
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