Somos
inclinados a forzar todo aquello que este a nuestro alcance económico,
influencias y demás para que nos rinda lo máximo en beneficio, dejando de
estimar que las cosas son adversas o no según nosotros mismos lo decidimos por
nuestras acciones justas, verdaderas y llenas de bondad.
Haz topado
con personas que con poco esmero, es merecedor de aquello donde nosotros hemos
colocado gran esmero, esto nos da la pauta que las cosas son decididas no por
nuestra fuerza y dedicación sino más bien por el que gana el favor de algo
superior, favor obtenido por la práctica diaria de la justicia, verdad y bondad
sumando preparación y ahínco.
Todo que se
nos presenta es para algo especifico, solo debemos mantener nuestro carácter
justo para discernir, el fin de ello, lamentable mente pocos son los
habilitados para discernir pues nuestras acciones nefastas a la verdad,
justicia y bondad hacen estorbo a una vida llevadera sin esfuerzo.
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