viernes, 14 de diciembre de 2012


De las compañías, amigos, conocidos y familiares que tienen una conducta o manías poco viables para edificar buena fama, después de amonestar (esto es colocar frente de ellos la forma de corregir sus falencias) y exhortar una y otra vez, no consientas sus procederes si nuestra comprensión y discernimiento logra diferenciar lo justo de lo injusto.

Tener esta comprensión llega a través de creer a Dios, que puede brindar nos gracia al oportuno socorro; al decir oportuno será cuando Él crea necesario no cuando lo pidamos o vociferemos.

Edificar una reputación aprobada por Dios y los hombres, amerita actuar de tal forma que asimilemos los recto, verdadero y justo de lo que es pervertido, violento y mezquino.

La mayoría ha decidido operar bajo estos parámetros injustos, obviando la bondad, viendo más allá de lo próximo.

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