martes, 16 de abril de 2013


Depositar nuestra confianza en personas, recursos financieros  y demás casos palpables que no dan lugar, a considerar que la ayuda invisible de lo alto puede socorrernos de lo menos estimado que puede llegar la ayuda, y no de donde nuestras fuerzas humanas lo estiman.

Es el mismo caso que considerar que por nuestras fuerzas podremos alcanzar perfección  sin contemplar a lo divino.

Para llegar a ser merecedores de socorro divino, deberemos actuar en Justicia, Verdad y Bondad en toda nuestras acciones diarias.

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