El que a
hierro mata, ha hierro morirá lo hemos dejado a un lado, tratando de obtener
algo que nuestras acciones diarias no apoyen, anhelamos ser objetos de
misericordia, Justicia y bondad cuando lo único que hemos ofrecido a nuestro
prójimo es injusticia, fraude y violencia.
Como
decidamos transitar está vida es elección nuestra, no podemos culpar a nadie
fuera de nosotros, pues cada persona es arquitecto de su desempeño por la vida,
acorde al grado de vida que manifestamos a los demás, por acciones que
testifican el grado de Dios contenida en nuestras palabras, estimaciones y
reacciones diarias.
Dios no es
ritos, religiones o maneras de vestir sino la convicción de querer operar
dentro de lo que evidenciará lo que proclamamos a los demás que deberá
reflejarse en nuestro estilo de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario