Hemos escuchado lo de hombre prevenido vale por dos y casi
nunca preemos todo lo dejamos a la última hora, donde la planeación y previsión
brilla por la ausencia tanto de acciones diarias como de nuestro carácter en
forma de expresarnos y hábitos que rigen en el medio donde nos desenvolvamos.
Basta rosar varias esferas sociales para evidenciar nuestras
falencias y consecuente a ellas llegan las carencias de oportunidades para
desarrollar nuestro potencial.
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