martes, 27 de mayo de 2014

Antes  era procurar hacer el bien a quien sea, a fecha como hemos tolerado la expresión mediocre, vulgar y grosera que trae como consecuencia un actuar de continuo en maldad al que podamos, recibiendo de lo mismo que otorgamos la maldad.

Pretendemos recibir acciones que tapicen nuestro caminar por la vida de aprobación sin ser portadores de aprobación para esto recurrirnos al engaño, fraude  siendo también defraudados, dado que las evidencias de nuestro carácter nos delatan.

No necesitamos carta de recomendación, dado que la carta somos nosotros mismos,  empezando con nuestra expresión,las palabras empleadas puede decir a  quienes nos escuchan el grado de confianza que manejamos así como el grado cultural.


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