El ser
receptor de bondad, misericordia, gracia
y paz es cuestión de ofrecer a los demás estás acciones.
La suerte
es una elección que podemos propiciar con nuestros actos diarios, ya que la paz
y seguridad es producto de la práctica diaria de la justicia.
A fecha poca
importancia damos a los procederes rectos y honestos preocupándonos de los
beneficios obtenidos sin atender la verdad, honestidad y rectitud empleada en
los procederes donde ignoramos que la primordial condición para provocar la
suerte es la bondad, justicia, bondad.
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