Si todo
suceso de la vida ayuda para bien, empezamos a renegar por no gustar lo que
presenciamos o no vemos la necesidad de ello, cuidemos no propiciar algo peor
de lo acontecido con la caterva de expresiones desdeñables que manejamos con
lenguaje prolifero en vulgaridad en todo
ámbito.
La mejor carta de recomendación será
nuestras acciones seguidas por nuestras
palabras salvo que las palabras supeditan a las acciones, podemos restringir
palabras, más después aflorará lo albergado en el corazón respecto a lo
presenciado.
Con la
popularidad de léxico abundante en vulgaridad creemos que es normal practicar
como la mayoría procede y no caemos en cuenta que se trata de hacer bajar in estándar
de vida hacia la falta de credibilidad.
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