martes, 17 de marzo de 2015

El egoísmo, envidia, y resentimiento impulsa nuestros afanes más que las carencias y apetencias físicas, pero desconocemos que estas actitudes originan las amarguras, adversidades  e inconformismo que invocamos sobre nuestro ser.

A pocos les interesa rectificar su desempeño diario hasta que una carencia  amenaza la existencia o “confort” y nunca relacionamos actitudes  aunque algunos transitan por tramas tortuosos saliendo librados a fin de rectificar.


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